domingo, 26 de abril de 2015

Lqlld 221.




2 comentarios:

:Bricd´ dijo...

En detalles, incluso en la afectividad, cosa de dos especialmente, la rebeldía se revela como un desorden cuando no un gesto contracorriente. En realidad es un nuevo estado y gesto de concordancia que no sigue al conjunto a partir del cual nacen perspectivas de un orden distinto.
En eso suele estar lo divertido del mundo, de la sociedad; del fin de la monotonía.
Mientras haya plásticos que ponerse, siempre habrá un buen lugar para sentarse y hacerlo. El descanso es, pues, posterior al humo.

Una foto fantástica, donde hablar de ausencias, donde exponer la presencia de aquel pensamiento no vacío que reflejaba un sin fin de tejados de casitas en una urbanización y en las palabras contenidas en un bocadillo se leía que estando harto de la ciudad se había ido al campo para alejarse de tanto ruido buscando la paz del campo.
Esperemos que no fuera un campo de tiro, ni de minas.
Me quedo a la exposición a gusto, contemplando desde el asiento que no sale en la foto; desde un rincón.
Saludos...jeje

alfonso dijo...


Te diría que las fotografías de series ganan mucho cuando encuentras el elemento que rompe la serie. Eso es lo que has logrado dándote cuenta de esas sillas a contracorriente.
Eso te diría.

bËsÖs

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