Contrastes.

Cabreado.

Manos a la obra.

Unos minutos de publicidad.

(incluido mensaje subliminal)

¿En qué pensamos?

Los publicistas parece que lo tienen claro. 

Una historia d' scaleras.

Las hay que no llevan a ninguna parte pero otras, si las bajas, tarde o temprano has de subirlas, y viceversa. Escaleras de colores, de piedra, de hierro, de madera. Escaleras de naipes. Escaleras interiores, de caracol. Escaleras de socorro... O las que canta Sabina, en ellas puedes: sentarte a silbar tu melodía;  alcanzar lugares imposibles; caer rodando; escuchar ruidos; subir de una falda a una blusa, ...  

Un detalle a tener en cuenta: subirse a una escalera no nos hace ser más altos.

Aguacero.

Especies en extinción.

Recuerdo con nostalgia cuando al abrir el buzón siempre cabía la posibilidad de encontrar una carta o una postal. En estos tiempos, sólo llegan facturas y publicidad: a las cartas se las llama e-mail, a la propaganda spam, al buzón bandeja de entrada, y al cartero servidor, y las postales llegan en mms o a través de whatsapp: diferentes palabras para un mismo concepto... Sigo añorando las cartas, y alguna que otra postal. Y lo digo yo, que me cuesta un triunfo expresarme con palabras. En fin, seguro que me entiendes. 

Ilusión óptica.

"Detesto la impuntualidad, sobre todo si es mía", decía con la mirada y sosteniendo la sonrisa.
Una hora después... nunca llegó.

Lee, y olvida.

Herida de gravedad.

La corrupción, perdón... La corrosión es un mal de difícil tratamiento ya que cuando se detecta es demasiado tarde. Su progresión degenera siempre en gangrena: un deterioro tan profundo de la parte corrompida (quiero decir afectada) que pretender salvar el resto, irremediablemente, conlleva la amputación de la zona susodicha.