El castigo.
Llegué tres minutos tarde. No me vio, sentada detrás de la columna, esperando pacientemente a ser llamada. Fueron pasando los demás, todos, hasta que sólo quedaba yo en la sala. Salió y preguntó ¿Estabas citada?. Sí, -contesté, llevo dos horas esperando; me retrasé tres minutos. Cerró la puerta de la consulta y, dirigiéndose hacia el ascensor, me espetó en los oídos un "Ahora vuelvo". Tardó veinte largos minutos que intenté aprovechar de manera terapéutica.
3 comentarios:
Pues yo estuve una vez esperando tres horas al ginecólogo y me vió cuando se iba. Tonta de mí.
Al menos tenía un libro, pero ni un rayo de sol.
Besitos besitos besitos
Puedo decirte que no me extraña nada que sólo vieras rejas por todos lados, rejas terapéuticas.
La segunda parte será conocer como fue la entrevista. ¿le partiste la cara? figuradamente... digo.
Para la siguiente, lleva un libro... de Virgi.
· bËsöS
· CR · & · LMA ·
Quién mucho habla, mucho yerra/o de verja; pues quién fierro infiere por esperar el tiempo hiere...
Pois eso :)´
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